El calentamiento global sigue en aumento y el mundo no ha logrado detenerlo. Tras cuatro años de haberse firmado el Acuerdo de París, la mayoría de los expertos coinciden en afirmar que la crisis climática superará los umbrales acordados y tendrá consecuencias desastrosas.

Paralelo a este problema también nos enfrentamos a otro: sabemos lo que hay que hacer para frenar el cambio climático pero no sabemos cómo llegar hasta allí.

Lo que es evidente es que necesitamos nuevos mecanismos. Tecnología como la Blockchain tiene el potencial de impulsar la cooperación global, tal y como lo demostró una investigación de la Universidad de Cambridge.

Poco se sabe del potencial de esta tecnología, muchos solo la relacionan con el mundo Bitcoin, pero va mucho más allá. Blockchain es una estructura de datos que almacena información. Datos vinculados criptográficamente, que se distribuyen simultáneamente entre todos los participantes de una red.

Los datos almacenados crean una cadena de bloques con altos estándares de seguridad para evitar su manipulación. Una tecnología muy interesante para generar una fuente única de verdad para cualquier tipo de información.

¿De qué se compone la tecnología Blockchain?

Blockchain, o cadena de bloques, es un sistema que proporciona los componentes principales de lo que se conoce como organizaciones autónomas descentralizadas, las cuales han sido discutidas, y criticadas, como posibles mecanismos alternativos a la gestión y control a nivel nacional. Los beneficios de una organización tan descentralizada en una escala internacional serían mucho mayores.

Imaginemos una organización climática descentralizada, basada en un sistema de tecnología Blockchain, en la que participan estados, empresas e individuos cuyas interacciones se ven gestionadas a través decontratos inteligentes.

Estos contratos son piezas de códigos de ordenadores ejecutados en la parte principal de la cadena de bloques, algo que los hace prácticamente imparables. Un token cualquiera, lo podemos denominarGreencoin,  permite que los compromisos que cada estado asume con relación al problema climático quedarán vinculados con el creciente ecosistema de iniciativas transnacionales y la acción climática a nivel individual.

Esta organización descentralizada beneficiaría de tres maneras la lucha mundial contra el calentamiento global:

  1. Mejorando la transparencia

 La acción coordinada contra el cambio climático requiere mejorar muchos procesos de información. Una parte importante de este proceso es garantizar que las diferentes partes involucradas no reclamen bonos ocréditos de carbono para la misma actividad, por ejemplo, dos compañías que paguen por el mismo bosque para plantar.

Para evitar este tipo de situaciones de doble conteo, un sistema digital de créditos de carbono compartido públicamente, como el liderado actualmente por la Alianza Pacífico, ofrecería una solución mucho más rentable que una agencia centralizada.

Otra tarea aún más desafiante, sería verificar que las compensaciones por la huella de carbono realmente se hayan realizado. La tecnología Blockchain, combinadas con otros dispositivos de información, como elinternet of things (Internet de las cosas), podría hacer factible estos procedimientos.

  1. Cumplimiento de compromisos

El cambio climático es un tema madurado con promesas incumplidas. Un ejemplo de ello fue la decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de retirar a la unión americana del Acuerdo de París. En otros países ha aumentado la preocupación de que la pandemia del COVID-19 frustrará los esfuerzos del gobierno para cumplir sus compromisos relacionados con el calentamiento global.

A través de contratos inteligentes, la tecnología Blockchain podría reducir el riesgo a no avanzar, siempre y cuando los estados respaldaran su compromiso con este tema con un depósito monetario. De esta manera, si un estado no cumple con sus objetivos de reducción de emisiones, su fianza podría ser tomada y redistribuida como greencoins entre aquellos que han logrado disminuir las emisiones de carbono, por ejemplo, plantando árboles o por medio de otra acción climática.

  1. Creciente ambición

Una organización climática descentralizada permitiría a los grandes organismos transnacionales ‘comprar’ la  transformación pro-clima en países más rezagados.

Por ejemplo, corporaciones multinacionales como Apple, Google, Walmart, ExxonMobil, BP, Shell y otras poderosas empresas, criticaron la decisión de Estados Unidos de retirarse del Acuerdo de París. Bajo una organización climática descentralizada, estas compañías podrían haber creado contratos inteligentes que ofrecieran compensación a los trabajadores afectados a cambio de un compromiso más sólido del gobierno norteamericano para descarbonizar la economía.

Microsoft anunció recientemente que invertirá 1 billón de dólares para convertirse en una empresa sin emisiones de gases de carbono. Una gran iniciativa, pero podría ser retórica. Si Microsoft respaldara esta promesa mediante un contrato inteligente, y con unas bases sólidas, su cumplimiento sería inevitable y con enormes beneficios para todos los involucrados.

Otros beneficios de una organización descentralizada

Una organización climática descentralizada combinaría los recursos de millones de personas y uniría esfuerzos para combatir el cambio climático. Cualquier persona en una Blockchain dentro de este sistema podría ganar greencoins plantando árboles. Esto sería rentable porque las greencoins tendrían un valor real.

Además, podrían comprar greencoins para apoyar las acciones que van a favor de frenar la crisis climática. Al aumentar el valor de cambio de estas monedas, estas personas proporcionarían incentivos para que la plantación de árboles sea más rápida.

Pero no todo es la panacea

 Un control climático basado en Blockchain tiene grandes beneficios en la teoría, pero habría grandes obstáculos en la práctica.

Si bien esta tecnología garantiza que los datos guardados no se puedan manipular, poco puede hacer para comprobar que la información grabada sea confiable. Nuevas compañías como Chainlink han propuesto redes descentralizadas de alimentación de información como una solución a este problema, pero para algunas aplicaciones es difícil encontrar una salida adecuada.

Una organización climática basada en tecnología Blockchain podría no dar resultados si sus fichas clave decidieran no unirse. Los estados o compañías poderosas podrían estar más dispuestas a participar en un sistema que hace que las promesas incumplidas sean transparentes de inmediato y que automatice el proceso de penalización.

Una entidad virtual que logre tener el control de las decisiones climáticas requeriría que las personas acepten ser gobernadas por algoritmos, y en este momento, este podría ser el desafío más complejo de todos. 

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