La estudiante alemana de 22 años que ingresó en el Hospital Universitario Virgen Macarena con una neumonía bilateral causada por el nuevo coronavirus, fue a los pocos días de estar en el Servicio de urgencias, trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). A la paciente con patología de base previa, se hizo necesario conectarla a un respirador pero, era tan grave la afectación de la función respiratoria causada por la neumonía, que afectaba a los dos pulmones, que tuvo que implantarse, por el personal de la UCI conjuntamente con el Servicio de Cirugía Cardiovascular, un sistema de oxigenación extracorpórea conocido como ECMO por sus siglas en inglés. 

Se trata de una tecnología avanzada de asistencia respiratoria capaz de oxigenar la sangre permitiendo un reposo parcial de los pulmones, con el objetivo de lograr una recuperación de los mismos. Esto ocurrió en el caso de esta paciente, pudiéndose retirar el ECMO a los 15 días y pasando a ser oxigenada solo con el respirador, del que pudo desconectarse definitivamente días después. 

Durante este tiempo, todos los profesionales de UCI han sido su apoyo y se han convertido en su familia dándole el cariño que no podía recibir de los suyos.  Posteriormente, cuando ya estaba consciente, la joven pudo comunicarse con su familia mediante videoconferencia gracias a las tablets donadas por diversas empresas y estamentos, hecho que contribuyó a la mejoría de su estado general. 

Todo el personal de la UCI ha “adoptado” a la joven estudiante como si de alguien de la familia se tratara, al ser un caso tan excepcional y estar tan lejos de su familia, a miles de kilómetros. Dada de alta de la UCI, la joven fue trasladada el pasado sábado en un avión medicalizado a su ciudad de origen, donde continuará recuperándose al lado de su familia.

El hospital ha destacado la labor de todos sus profesionales, implicados en el tratamiento de este tipo de pacientes y, muy en particular, el papel de la UCI. Todos los que trabajan en este Servicio han dado mucho más del 100% en cada caso de COVID-19, no solo por sus conocimientos científico-técnicos, sino también en el aspecto humano, volcándose en el cuidado y la atención de cada uno de los pacientes.

Además, se estableció un plan de información a todos los familiares que, por la situación de aislamiento de los pacientes y por tener que cumplir la cuarentena, no podían acudir al hospital, realizándose por los facultativos dos llamadas telefónicas diarias para informar con detalle de la situación del paciente y solventar todas las dudas de los familiares. Cuando la situación clínica lo permitía, se ha facilitado el contacto del paciente con su familia a través de videochats o llamadas telefónicas.

Los profesionales de la UCI que han trabajado y trabajan en una situación muy dura y de gran tensión, una enfermedad nueva, elevada contagiosidad y con incertidumbres sobre su manejo, además de tratar la enfermedad han contribuido a la recuperación de los pacientes. A la joven estudiante no le ha faltado en ningún momento el cariño y el apoyo emocional de todos los que trabajan en la Unidad, haciéndola sentirse querida en todo momento.

Tiempos de COVID-19, tiempos duros que gracias a la labor de los profesionales del Hospital, en el caso de esta joven europea, tiene un final feliz. Sin duda esta será una experiencia inolvidable para ella, y para todos los que trabajan en la UCI del Hospital Virgen Macarena, también. 

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