La Guardia Civil, durante la realización de un control de desplazamientos, interceptó en la madrugada de ayer, a un conductor cuya tasa de alcoholemia alcanzaba un valor de 0,48 mg/l en aire expirado y que se dirigía a comprar una bombona.

Desde el pasado día 4, la DGT y la Guardia Civil, han intensificado los controles nocturnos en carretera para evitar que durante esta Semana Santa, se produzcan desplazamientos injustificados aprovechando las horas de madrugada, periodo durante el cual se cree que la vigilancia es menor. 

En uno de estos controles en la provincia de Sevilla, pasada la media noche, agentes del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil en Sevilla han interceptado al conductor de un turismo, que manifestó al agente que lo interrogaba que se desplazaba porque necesitaba comprar una bombona que portaba en los asientos traseros. Sin embargo, las incoherencias mostradas durante la conversación mantenida con el conductor del turismo hicieron al agente sospechar que el mismo podía conducir bajo los efectos de la ingesta de bebidas alcohólicas, por lo que invitó a esta persona a someterse a la prueba de alcoholemia. 

La primera y segunda prueba confirmaron la sospecha del agente, dando positivo en ambas y de igual porcentaje, con una tasa de 0,48 mg/l de alcohol en aire expirado. El conductor, ante las evidencias y la imposibilidad de justificar el desplazamiento de una manera coherente, fue denunciado por alcoholemia positiva y por saltarse las medidas de confinamiento, manifestando finalmente que se desplazaba para tomar cervezas a casa de un amigo. 

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