A finales de 2008, Los vecinos y comerciantes de la ciudad manifestaron su preocupación por la proliferación exagerada de pintadas, grafitis y actitudes vandálicas en el mobiliario urbano, en las fachadas de viviendas y establecimientos comerciales. Aunque estos actos, sobre todo los grafitis, eran generalizados en el resto de ciudades, se puso en marcha una campaña municipal a cargo de la Policía Local para paliar este problema. Los cuerpos de seguridad montaron un dispositivo especial que detuvo a nueve personas.
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