Perspectiva de la fachada. Archivo: Lauro y Olga

En una esquina con la calle Áurea frente a la Plaza de D. Pedro IV los bisabuelos de él compraron un edificio de dos plantas y sótano y lo adecuaron para servir como almacén de ventas al por mayor y menor de tejidos. Sólo entre el sótano y la planta baja disponían de casi mil metros cuadrados de almacén. La planta alta suponía otros quinientos metros más, pero estaba repartida entre una parte dedicada a tienda y otra, especialmente iluminada por ventanales, la reservaron para vivienda.

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