T. Livio, (Historia de Roma XXIV 34) inicia así esta historia: «Desde entonces comenzó el ataque a Siracusa, a un tiempo por tierra y por mar […] Y la acción iniciada con tanto ímpetu habría alcanzado éxito si en esa ocasión no hubiera estado en Siracusa un hombre singular. Era ese Arquímedes, admirable inventor y constructor de ingenios bélicos y artefactos con los que, si los enemigos intentaban con gran tesón algo, él los burlaba con poco esfuerzo.»
CONTENIDO EXCLUSIVO
Hazte socio por sólo 3 euros al mes. Si eres socio y aún no tienes claves pídelas a socios@lavozdealcala.com.
Si ya eres socio inicia sesión