El carpintero Manolo Carretero, que con más de 80 años seguía activo. Lva

En el S. XX hubo varios Carretero muy populares en Alcalá, que se apellidaban Alcarazo, sin que el apodo respondiera a un oficio común. Ninguno de ellos fue conductor de carretas. El caso de José Alcarazo Espinosa resulta muy curioso. Es verdad que jamás condujo vehículos tirados por bueyes, pero también lo es que, en la primera mitad el S. XX, se hizo popular por ser el último de los capataces antiguos de la Semana Santa Alcalareña que se recuerdan. Todavía comentan los entendidos su maestría en el desempeño de la misión encomendada por la hermandad: subir a Jesús al Calvario el Viernes Santo de madrugada. Después de él, su discípulo y sucesor Jaime Márquez, inauguró una nueva época en la forma de llevar los pasos hasta S. Roque.

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