Quiero recordar a mi inolvidable alumno Luciano Maya, aunque me olvidé de él, como suele pasarnos a los maestros viejos. Nos cuesta ver en el hombre a ese niño que un día fue alumno. Su muerte me trajo a la memoria mis años en el antiguo Colegio Nacional Rafael Guiraum durante los ochenta. Luciano forma parte de mis recuerdos del centro en el que se afianzó mi forma de dar clase.
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