La obra nueva de la casa de Pineda Calderón abarcaba desde la fachada exterior hasta un patio no demasiado grande. En el patio se producía el tránsito de la obra nueva a lo que quedaba en pie de la casa vieja de una planta, cubierta con tejas árabes ennegrecidas, donde se encontraba el desorganizado trastero, repleto de maderas y cachivaches polvorientos. Alguna que otra vez entré con José María Cerero.
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