De 1646 a 1648 y de 1677 a 1761 Alcalá fue un señorío jurisdiccional propiedad del marquesado de Villanueva del Río. Antonio Álvarez de Toledo y Enríquez de Rivera había heredado este título de su madre en 1623 y lo incorporó a la Casa de Alba en 1667, tras morir su padre. Durante esos años el Ayuntamiento de la villa contó con un corregidor, nombrado por el duque de Alba, que presidía los plenos, cobraba las alcabalas y hacía efectivo el resto de los derechos señoriales. De la gestión municipal se encargaban los demás miembros del cabildo, cuyos cargos más destacados eran los dos alcaldes ordinarios (el del estado noble y el del estado general).

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Profesor de Bachillerato. Miembro fundador de la Asociación Padre Flores y autor de numerosos trabajos de Historia local.