Hacer un periódico profesional, riguroso y veraz en el ámbito local no es fácil. Ni en lo económico, ni en lo técnico. Y de eso sabe mucho La Voz de Alcalá. Pero hay que reconocer que ambos ámbitos se han complicado más con el COVID-19.

Con la llegada del virus, la mayoría del equipo ha tenido que aplicarse el teletrabajo en primera persona. La medida fue rápida e innovadora, antes de que el gobierno obligase a ello. Y fue posible gracias a la modernización del periódico llevada a cabo por Maravedismo desde 2017. Cada redactor elabora desde casa sus informaciones. Con ordenador y teléfono en mano, La Voz se pone en marcha en conexión con la redacción. Solo el personal imprescindible acude cada día al periódico, porque logística y repartos no entienden de teletrabajo.

Como al resto de profesiones afectadas, al periodismo le toca de lleno la pandemia. Y por eso hay que contar a los lectores algunas impresiones de parte del equipo. La experiencia al trabajar ante condiciones más adversas de lo habitual. Todo ello sin perder de vista lo esencial del trabajo que desempeña el periódico. Como redactor jefe de La Voz, Francisco Amador ha sido el único que ha compatibilizado el trabajo presencial y teletrabajo. En la redacción solo se hace lo indispensable. El resultado final es el mismo, pero con un esfuerzo extra en las comunicaciones, «porque comunicarte con un compañero necesita de una inversión de tiempo que antes no hacía falta al estar juntos». Amador ha cambiado de contexto. Acostumbrado a trabajar en un ambiente profesional con los teclados de los compañeros echando chispas, ahora escucha la lavadora que pone entre llamada y llamada. «A veces es complicado evadirte y desconectar. No es lo mismo cambiar de espacios, a que tu vida privada y profesional se desarrolle en el mismo lugar», reconoce. Apunta que ya ha tenido que justificar sus desplazamientos en varias ocasiones en controles policiales. Nunca ha tenido problema, porque como periodista realiza una labor esencial que acredita con su carné de prensa y la autorización pertinente. Y ante todo esto, señala también a una reflexión. «Esta crisis va a afectar al periodismo. Vamos a vivir tiempos difíciles. Las redacciones están cada vez más mermadas. En La Voz de Alcalá estamos acostumbrados a la economía de guerra y vamos a tener que seguir haciéndolo. El día que todo pase y podamos colgar los teléfonos, los periodistas, colaboradores, publicistas, administrativos y repartidores de La Voz saldremos a las ocho de la tarde a aplaudir a nuestros socios y socias. Son ellos los que se merecen nuestro aplauso porque están apostando por el periodismo de calidad y La Voz de Alcalá en momentos muy duros».

Déborah Pérez llegó a principios de 2019 a Sevilla Actualidad, medio con el que comparte redacción La Voz, para hacer las prácticas de su máster. Al terminarlas se quedó como editora de fin de semana. Para ella «si ya de por sí el periodismo es una profesión donde la responsabilidad es especialmente necesaria, en tiempos complicados lo es aún más». A su juicio «mantener esa presión incluso fuera del ambiente de trabajo es un reto, porque en casa todo se confunde, se mezclan los espacios… Llega un punto en el que no hay barreras divisorias y te sientes de guardia incluso cuando no lo estás». Para Déborah la situación que vivimos «puede ser un poco agobiante, pero merece la pena. Al fin y al cabo, es precisamente durante crisis como esta cuando el periodismo honesto, desde casa o desde la redacción, con más o menos recursos, es vital para la sociedad».

Fran Segura lleva dos años trabajando para Sevilla Actualidad y La Voz de Alcalá y, pese a su juventud, reconoce que cubrir la información sobre esta crisis sanitaria no está siendo fácil. «Todas las actividades están condicionadas por la crisis económica y sanitaria desencadenada». Desde su punto de vista hace falta especial precaución «para abordar cifras tan altas de fallecidos y afectados. Los periodistas asumimos la responsabilidad de hacer bien un trabajo respetuoso y de lectura de datos. Todo ello con el gran condicionante que supone la inmediatez y la actualidad. Más aún en tiempos de crisis sanitaria».

Elena Macías es una alumna en prácticas que aterrizó en el periódico pocas semanas antes de la llegada del virus que ha cambiado todo. Esta periodista recién salida de la facultad está pasando el confinamiento junto a su familia y reconoce que no le da tiempo de aburrirse. Por las mañanas trabaja desde casa y por las tardes continúa diferentes clases online. El teletrabajo «está siendo toda una experiencia nueva». A su juicio, esta modalidad «tiene sus ventajas y desventajas. Pero no está sola, al otro lado del grupo de WhatsApp de la redacción cuenta con el resto de compañeros. Antes, las correcciones y consejos de su labor eran en persona. Ahora no queda más remedio que hacerlas online».

Y más allá de estos cuatro miembros, el equipo que da forma a Sevilla Actualidad y La Voz de Alcalá es mucho más amplio. El director de La Voz, Enrique Sánchez, sigue desde casa cada número. No pasa un día que no envíe temas, correcciones e indicaciones o información relevante. Antes venía cada mañana y muchas tardes, ahora el confinamiento se lo impide, pero la comunicación sigue siendo la misma. Los colaboradores y columnistas, como siempre, siguen enviando sus contenidos desde casa. Por otra parte, el equipo de publicidad y márketing también está desde casa, y ha aprovechado el bajón de actividad publicitaria para reforzar la difusión de contenidos y de las marcas de ambas cabeceras. También el equipo de administración está volcado en resolver los problemas técnicos, implantar las medidas de seguridad en la redacción del periódico y hacer posible que todo salga bien, especialmente la edición en papel, cuyo equipo de distribución con todas las medidas de prevención, está haciendo posible el último paso de la cadena: que el periódico llegue cada quincena a los buzones y a todos los quioscos de la ciudad.

El ímpetu a la hora de informar, la rigurosidad de un equipo que cree en su trabajo, y el compromiso con el Derecho a la Información de los alcalareños, son algunas de las razones que explican porque La Voz de Alcalá siempre está cuando hace falta. Y una vez más, aquí está, cumpliendo 29 años sin pausa alguna.

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