El pasado lunes 12 de abril, tuvo lugar en la Parroquia de San Sebastián de Nuestra localidad, la presentación del Cartel de los cultos de mayo a Nuestra Señora del Dulce Nombre, tras la misa celebrada por su Hermandad.

Como es tradicional desde hace años, la Hermandad presenta un cartel que anuncia la salida procesional de su Titular.  A pesar de las circunstancias, este año han querido mantenerlo para así anunciar los cultos que cada mes de mayo dedican a la Virgen. El cartelista elegido para ello ha sido Juan José Fernández Villarejo, nacido el 24 de enero de 1999 en Pozoblanco (Córdoba).

Cartel de Mayo del Dulce Nombre de Alcalá. LV

Actualmente se encuentra estudiando el Grado de Bellas Artes en la Universidad de Sevilla. El joven fue designado para tal labor en 2020, no pudiendo llevarse a cabo debido al confinamiento al que nos vimos sometidos por la crisis sanitaria.

El joven pintor ha querido plasmar en su obra una destacable cantidad de detalles significativos, haciendo de su pintura testimonio de nuestra Hermandad.

Descripción de la pintura

Técnica mixta sobre tabla, 90×60 cm.

La obra es protagonizada por nuestros Amantísimos Titulares, concebidos por el pintor de manera que fijen la mirada en el espectador, para transmitir una mirada de Esperanza en estos tiempos que corren.

Justo debajo, el artista ha tratado de plasmar para el recuerdo una escena que nunca pudo darse, donde podemos ver el instante en que la Virgen transcurre por su calle, a la altura de su Casa, donde se le canta. Se aprecian los balcones engalanados con los mantones de manila que tan primorosamente colocó nuestra juventud para Nuestra Señora.

Tras Ella, queda detallado el portentoso arco de papel rizado que durante meses ejecutaron nuestros jóvenes para glorificar a la Santísima Virgen y que no pudo lucir por el atentado cometido contra el mismo en la víspera de la procesión.

Toda esta escena se recrea con técnica impresionista, de pincelada rápida y suelta, en blanco y negro, de manera que pareciese una estampa antigua a modo de recuerdo, evocando aquello que ya ha pasado y que miramos deseando volver a vivir.

En la parte inferior del lienzo, se ha representado la Parroquia de San Sebastián, simbolizando el momento tan especial que aquí se vive a los sones de la marcha “A mi Blanco y Dulce Nombre”, tras la salida de Nuestra Madre de su parroquia.

La puerta de la Iglesia se representa abierta, con la intención de simbolizar la caridad que nuestra Hermandad lleva por bandera. Cabe hacer hincapié en un detalle tan discreto como importante: al pie del esbozado azulejo de la Virgen, se ha querido plasmar el amor de sus hijos en forma de ofrendas florales y velas, que se fueron dejando a sus plantas durante la ya lejana desescalada, convirtiéndose en lugar de encuentro y oración ante la situación tan difícil que atravesábamos.

El fondo y los laterales se encuentran replicando las pinturas murales de la capilla, en los que predominan los colores azul y blanco de nuestra Titular, así como el dorado, que también carecteriza el color del cordón de la medalla. Las molduras que acogen las escenas también se encuentran basadas en las mencionadas pinturas murales, destacando la que acoge a la efigie de la Santísima Virgen y su Bendito Hijo, la cual reproduce el diseño de las cartelas de las pechinas de la capilla.

Toda la obra se encuentra coronada por una filacteria con el lema “Alcalareña Alegría” para la que se emplea el color rojo y que la hace destacar por encima de todo el conjunto, color de la Caridad, siendo este detalle ejemplo gráfico de lo que significa nuestra Hermandad.

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