Si difícil es encontrar una definición de España que contente a todos los españoles, qué decir sobre la libertad. «No hay una palabra que haya recibido más significaciones diferentes y que haya impresionado los ánimos de maneras tan dispares como la palabra libertad», dijo Montiesquieu. Y es así porque no es lo mismo, no se parece en nada, lo que se entiende por libertad y/o afirmar una identidad cuando se está arriba que cuando se está abajo.Por esto es absurdo equiparar el fenómeno de las caceroladas iniciado en el distinguido Barrio de Salamanca de Madrid con el 15-M. Como la justificación de la «caravana por España y su Libertad», organizada por un partido que se niega a condenar el franquismo, más que ridícula es retorcida, propia de esa amoralidad tan española.

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