Hechos

En la margen izquierda del Guadaíra, en uno de los suaves arcos que dibuja el río en su tramo urbano, se ha abierto un espacio que aparece como un mirador propicio para hacer una parada en el paseo por el parque y disfrutar de la vista que ofrece el lugar. Se han retirado los árboles muertos, se han sacado las cañas que se comían no sólo esta orilla sino buena parte de la propia vegetación y se ha creado un pequeño bancal sobre el cauce con un suelo alisado de albero. Ahora la perspectiva del curso del agua y la maravillosa imagen del molino de Benarosa desde este punto nos sorprenden con una vista mucho más limpia; un espacio diáfano en el que la luz se extiende sin obstáculos y donde hasta los colores parecen nuevos. Esto es un hecho, y seguramente no tardarán mucho nuestros paisajistas más finos y avezados, es decir, nuestros pintores, en confirmarlo. Pero de momento, el que pasa por allí no lo hace sin refrenarse para contemplar la nueva panorámica y comprobar que, efectivamente, se he hecho un buen trabajo. «Si hay que hacer fotos como parte esencial de la comunicación, bien estará que se hagan, pero la credibilidad de las imágenes ganaría mucho si en ellas dejaran de salir nuestros fotófilos ediles» Cuando se hacen cosas y se hacen siguiendo criterios que ponen el ojo en mejorar lo que hay, sin necesidad de inventar nada deslumbrante, el resultado suele ser bueno. No hay nada que propague más y mejor la realidad que los hechos. Y si de propagar se trata, no estaría mal que quienes gobiernan nuestro pueblo, que tanto tiempo y dinero dedican a la propaganda —a su propaganda— entendieran de una vez que son los hechos, y no los aburridísimos discursos repletos de expresiones vacías ni las fotos del concejal oportuno en el montaje publicitario de turno, los que llegan a la gente y de los que la gente, que no es tonta, se fía. Hay tanto que arreglar, tantos espacios abandonados y tantos recursos desaprovechados que, apuntándolos en una lista y acometiéndolos en los plazos acordes a cada proyecto, el Ayuntamiento tendría garantizada la mejor propaganda, esa que se basa en los hechos, para las tres próximas legislaturas. La publicidad, la imagen virtual y el montaje fotográfico de concejales y alcaldesa en tal o cual reunión o en el último acto público no son obras, son sólo pompas que duran el instante que dura hoy cualquier imagen abierta en una pantalla digital. Si hay que hacer fotos como parte esencial de la comunicación, bien estará que se hagan, pero la credibilidad de las imágenes ganaría mucho si en ellas dejaran de salir nuestros fotófilos ediles, pues más que admiración producen rechazo, y se limitaran a reflejar lo realizado: una foto final de la obra terminada, sin personajes, como la gratificante imagen que nos ha llegado del nuevo mirador abierto en el río.Para que haya hechos, lo único que se necesita es hacer. https://www.lavozdealcala.com/hazte-socio/

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Juan Alcaide Rubio

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