Por algún lado he leído que el señor Junqueras dice que la independencia es algo emocional, como lo es el odio a todo lo que huela a España por parte de esos dos millones de independentistas catalanes furibundos. Ahora bien, también es emocional que el resto de los españoles nos sintamos mal por esa apropiación indebida de un territorio que es de todos, y por ese odio visceral que no se sustenta en ningún agravio y emocional es que pongamos en nuestros balcones banderas constitucionales que ningún partido político ha auspiciado. 

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Escritora y columnista de La Voz de Alcalá.