Viene a ser un tópico que el verano es el tiempo de la felicidad. La realidad es, empero, inmisericorde y tan cabrona en verano como el resto del año. Más exacto sería, entonces, afirmar que existe solo un profundo anhelo de felicidad con el que sobrellevar la vida tan jodida que llevamos. El mundo está lleno de maldad, tan corrompido en lo político, lo económico y lo social, que no hay forma de encontrar la paz. Ni ceja la cadena de crímenes perpetrados, ni el listado de criminales deja de crecer, jodiéndonos hasta el merecido descanso vacacional.

CONTENIDO EXCLUSIVO

Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a [email protected]

Si ya eres socio inicia sesión