La transfobia se cobra de nuevo la vida un joven transexual. La noticia nos golpea, un chico trans de 21 años, vecino de Alcalá, decidió poner fin a su vida el pasado 7 de enero. Las presiones y sutiles formas de transfobia se ceban contra los más vulnerables, las y los adolescentes trans.

En España, miles de jóvenes trans tienen que convivir a diario con múltiples trabas, las familias muchas veces se encuentran con falta de recursos e información para apoyar y entender porque estos jóvenes no se sienten felices ni identificados con el sexo que se les asigno al nacer. La falta de formación del personal docente en centros educativos, unido a la ausencia de una asignatura que eduque en el respeto a la diversidad sexual y de género. Las largas listas de espera y tardías respuestas quirúrgicas que son esenciales para la salud y bienestar de estos jóvenes trans. La falta de una legislación para proceder al cambio de identidad legal, ágil, que no excluya a menores ni exija peritajes médicos y las bajas expectativas de incorporación al mercado laboral, son un agravante en la vida de los adolescentes trans y hacen que sean menos felices aumentando una desazón en sus vidas.

Un estudio publicado en la revista Pediatrics que edita la Academia Americana de Pediatría, pone a luz las demoledoras cifras que más de la mitad de los adolescentes trans, intentan quitarse la vida. Según Naciones Unidas, los estudiantes LGTB sufren más casos de acoso y violencia que el resto de compañeros. Un estudio llevado a cabo en Nueva Zelanda demuestra que los alumnos pertenecientes al colectivo de lesbianas, gays y bisexuales tienen el triple de probabilidades de ser objeto de acoso por parte de sus compañeros heterosexuales, y los estudiantes trans tienen cinco veces más posibilidades que los estudiantes que no son trans.

Informaciones sobre estudios avalan la gravedad del impacto de las discriminaciones con las que tienen que convivir en la infancia y adolescencia. Es hora de buscar soluciones y reparar. No es momento del lamento, sino de asumir responsabilidades sociales y políticas.

Por ello, que dentro de los compromisos programáticos del nuevo Gobierno esté previsto la aprobación de una Ley Trans, es de celebrar, pero ésta medida es más que urgente. Es imprescindible un marco jurídico integral y transversal que tenga en cuenta todas las situaciones que atraviesan las personas trans, poniendo especial atención en la infancia y la juventud. Es momento no solo de reconocer, sino de reparar.

Texto de Mar Cambrollé, activista trans y presidenta de la Federación Plataforma Trans

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