La clase política nos tiene acostumbrados a declaraciones elocuentes, a promesas que no cumplen, a donde dije «digo, digo Diego», a ponerse medallas sobre lo buenos que son y lo malos que son los otros y por encima de todo a «cambiar de opinión». Todos estos vaivenes a los ciudadanos ya no nos importan, nos hemos acostumbrado a esa fluctuación de los políticos que, cuando escuchamos alguna declaración, ya damos por sentado que nos están mintiendo. No les pasa factura, se ve que los españoles somos «pasotas», que nos da igual quien nos gobierne. Hace unos días el Ministro de Transporte decía que «había que ahorrar trabajo a la Justicia», en relación a la amnistía, porque de todas formas a Puigdemont lo van a amnistiar, al fugado en el maletero del coche que montó un golpe al estado de derecho, lo van a amnistiar.

Y digo yo, ahorremos tiempo y dinero a la Justicia y hagamos lo mismo con la cantidad de juicios pendientes, de procedimientos en trámite, para qué tanto trabajo de jueces, secretarios judiciales, oficiales, administrativos, etc… No sale una de su asombro, con qué ligereza se habla de asuntos tan graves. Hace unos años Sánchez decía que «un gobierno que no puede sacar unos presupuestos no gobierna». Ahora ha renunciado a presentar los presupuestos para 2024 porque el presidente de la comunidad catalana ha convocado elecciones autonómicas y esto complicaba mucho las negociaciones. Esa también es una buena declaración. Una autonomía interfiere en el gobierno de toda una nación y el resto de los españoles a verlas venir. Pensé que el gobierno socialista de Sánchez tenía socios de gobierno para gobernar este país en amigable compañía. Y eso que Bolaños decía que había «buena voluntad de todos los grupos parlamentarios que apoyan al gobierno», pues menos mal que había buena voluntad. Declaraciones geniales. Ahora parece ser que los presupuestos no son necesarios. Son cambios de opinión, ellos no mienten.

El presidente ha estado en Sevilla, aprovechando la puesta en marcha de una nueva línea de metro, y se ha paseado por la localidad vecina de Dos Hermanas, donde se está construyendo un gran número de viviendas, otro gran problema de este país; no hay viviendas. Lo abuchearon como viene siendo habitual cada vez que pisa la calle y presumió del esfuerzo que hacia su gobierno en relación a la vivienda. Buenas declaraciones, saben cuál es el esfuerzo que hicieron en los presupuestos de 2023, que están prorrogados para este año, en la partida de «Acceso a la Vivienda y Fomento de la Edificación» el 0,7%. En Sanidad el 1,5% y en Educación el 1,1%. Así que ya está bien de tanta mentira. A ver si es verdad que los españoles reaccionamos alguna vez, nos rebelamos ante tanta mentira y dejamos de votarles. Y veintiocho millones de euros para el presentador David Broncano, para que le haga la competencia a las televisiones privadas que no son de la cuerda de nuestro presidente, pero claro, con dinero de todos los españoles.

Deja un comentario