He visto por las marquesinas de Nervión algunos carteles anunciando el pan de Alcalá. Se supone que debería sentir cierto orgullo por el terruño ante semejante visión, pero les confieso que alcanzo solamente al asombro. Tengo mucha imaginación, pero no me llega para visualizar a los sevillanos apostados en los despachos de Polvillo reclamando un picaíto de Alcalá.

CONTENIDO EXCLUSIVO

Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a [email protected]

Si ya eres socio inicia sesión