Malasmañanas era una letanía de la auténtica idiosincrasia de este pueblo, un eco de la Historia, espejo de lo que fuimos antes de que la fiebre del progreso nos alcanzara con su manía higienista y uniformadora. Ahora Malasmañanas se enfrenta a una sentencia europea: una reforma integral, la abolición de su alma a manos de una presunta «remodelación sostenible».
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