El del bombo, el exalcalde, la ambulancia que no llega, y el arroz. No es la «crónica de una muerte anunciada durante esta temporada del CD Alcalá», como decían algunos aficionados. Al menos este se ganó (Alcalá 1-Castilleja 0). Era día del «acompañante» y el campo de fútbol Ciudad de Alcalá estaba a rebosar.
Si pronto llegaba nuestro antiguo alcalde –recién archivada su causa–, saludando por doquier, la ambulancia tardaba lo suyo. Con el partido suspendido, el joven portero casi desfallece –no podía con su cuerpo– tras la caída por coger el balón.
A la gente no le importó esperar media hora, aprovechando para tomarse unos refrescos y un plato de arroz, y ver cómo un partido de fútbol se convierte en «campaña electoral». Como el del Betis con nuestra presidenta en el palco ¿Susana, bética?
Pero lo más sonado del partido, sin duda, fue la «tabarra» que el entrenador sufrió gracias al del bombo, que no paró un rato en la segunda parte del encuentro, colocado cual lapa, detrás del banquillo visitante. De nada sirvieron las continuas protestas del técnico de Castilleja, ni de sus delegados. Cada vez que estos intentaban disuadir al del tambor, el público «se le echaba encima», voceando «eeee».
Nada, aquello se convirtió en un sonoro «bom-bom», que no permitía siquiera oír los comentarios de los espectadores. Menos mal que llegó el gol de última hora…y aquello fue un estruendo aún mayor: ¡goooooooool!