El pasado verano terminó el contrato de explotación del Hotel Oromana y el Ayuntamiento de Alcalá, para ganar tiempo, decidió prorrogar un año más la relación con la actual empresa concesionaria. A los gobernantes locales se les echó el tiempo encima por la falta de previsión y mirada cortoplacista que han caracterizado a los gobiernos. No obstante, han usado el año extra para encargar dos informes que les ayuden a decidir el futuro del inmueble hotelero.
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