El pasado 20 de noviembre el Tribunal Supremo condenó al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, a pena de multa y dos años de inhabilitación por cometer un delito de revelación de secretos. Pese a que García Ortiz había destruido pruebas, en el juicio se presentaron testigos y pruebas irrefutables que atestiguan que reveló datos fiscales reservados del novio de Isabel Díaz Ayuso. Como es habitual en los casos mediáticos, el fallo se dio a conocer mediante una providencia previa a la redacción de la sentencia para evitar filtraciones. La condena de García Ortiz es la demostración de que, pese a las injerencias de Pedro Sánchez, en España sigue habiendo separación de poderes. Es, por tanto, un gran triunfo de la Democracia.
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