De cuando a Ciudadanos le tocó la lotería, la oposición pasó a la irrelevancia, el PSOE se quedó con la hacienda y los alcalareños pagaron la fiesta. 

Siempre se ha dicho que los gobiernos de coalición son más caros. La organización planteada por la coalición PSOE-Ciudadanos no tiene lógica, por mucha saliva que gastase en el Pleno de Organización, su nuevo portavoz, al intentar explicar tal desatino.

No es sostenible que se necesiten 12 concejales liberados y 13 asesores cuando en el anterior mandato, y gobernando en minoría, bastaron 7 liberaciones y 6 asesores. A la alcaldesa no la contamos, pues continuará en Diputación y sólo le pagaremos 7.800 euros anuales limpios por asistir a los plenos de su Corporación.

Ciudadanos llevaba en su programa electoral la reducción del coste político del pleno. ¿Dónde ha quedado esa promesa?

Si necesitaban liberar a todos sus concejales y contratar asesores por su inexperiencia, ¿no creen que debieron de cuidarse de darle una coartada al PSOE?, para que estos, a su vez, liberaran también a todos los suyos y nos colocaran 10 asesores más. Rosa Carro debió obligar al PSOE a reducirse y a compartir de verdad el gobierno de la ciudad. La sensación que queda es que Ciudadanos se ha rendido por sillones vacíos de contenido.

No les culpo de querer entrar en el gobierno municipal, pues la obligación primordial de todo partido es alcanzar el poder. Es legítima su coalición, deseable la estabilidad, pero han vendido su apoyo muy barato a corto. Y muy caro a largo, tanto para la ciudad como para el futuro de su partido. El tiempo dirá si valió la pena.

El coste político del pleno (gobierno y oposición) se ha disparado a más de dos millones de euros anuales. Cuando hagamos la cuenta, la de verdad, habrá que añadir el coste de seguridad social de nuestro «ejercito político». Sin olvidar que, aparte de darles un sillón, los dotaremos de móviles, ordenadores, despachos, etc, para que puedan trabajar. Todos estos gastos están metidos en otros capítulos del presupuesto, pero hay que incluirlos. Por último, y tal vez lo más preocupante, es que a nadie parece importarle que el gasto político del pleno se haya disparado. Nadie se ha manifestado. Nadie ha gastado ni una mísera pancarta a la puerta del Consistorio, ni los alcalareños ni sus representantes en la oposición. Nadie.

Texto de María José Carrascosa.

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