Fotografía de Juan Hurtado Lissén

El domingo 19 de febrero comenzó el triduo que la Antigua y Franciscana Sección de Alcalá de Guadaíra de la Venerable Archicofradía Sacramental de Adoración Nocturna Española al Santísimo Sacramento, dedica a su Titular, el Santísimo Cristo de la Vera Cruz, en el Monasterio de Santa Clara, donde radica.

Se viene celebrando este Triduo desde el año 2018, en cuyo día 20 de enero se había bendecido canónicamente la Sagrada Imagen del Señor crucificado, por parte del Rvdo. Sr. Cura Párroco de Santiago el Mayor, D. Manuel María Roldán Roses, que impulsó estos cultos precisamente en los tres días de carnestolendas, aunando así su carácter penitencial, en honor del Santísimo Cristo de la Vera Cruz con el de reparación y desagravio a la Majestad de Dios Nuestro Señor.

Y comenzó en el domingo que antecede al Miércoles de Ceniza, es decir, en el que era llamado, según la nomenclatura antigua de la Liturgia, Domingo de Quincuagésima, por encontrarse justo a los cincuenta días de la Pascua, pues desde dicho domingo hasta el de Resurrección transcurren siete semanas, es decir, cuarenta y nueve días, al que se añade el propio domingo de inicio, según la forma de contar del pueblo hebreo, sumando así los cincuenta días.

Es un Triduo que antaño tuvo mucho arraigo, celebrándose sobre todo en las iglesias mayores de las diferentes localidades, precisamente como Desagravio al Santísimo Sacramento del Altar, aunque hoy, con la descristianización actual de la sociedad, se ha perdido en casi todos los lugares. El más conocido de los cercanos a Alcalá, es el que se celebra en la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, interviniendo en el mismo, los llamados Niños Seises.

El Triduo alcalareño se estructura con la celebración de la Santa Misa, Exposición Mayor de Su Divina Majestad, rezo de la Estación a Jesús Sacramentado, Oración de cada día del Triduo, Bendición con el Santísimo y Reserva, dándole al primer día, domingo de Quincuagésima, el carácter de Función, comenzando a las 9:30 de la mañana.

La misma fue oficiada por el citado Cura párroco, Rvdo. D. Manuel María Roldán Roses, quien glosó en la homilía las lecturas del día, relacionándolas con el sacrificio redentor realizado por Cristo en la Santa Vera Cruz, quien antes de padecer, quiso quedarse en las sagradas especies del Pan y el Vino para permanecer perpetuamente con nosotros en la Eucaristía. Asistieron los Niños Seises de la Casa Salesiana de la ciudad, que habían entrado con el sacerdote en la Procesión de Entrada de la Misa, ocupando el primer banco de cada lado, el más cercano al presbiterio.

Acabada la Comunión, se expuso el Santísimo Sacramento en la custodia para realizar los ritos previstos; tras la Oración del Día Primero, Los Seises, con su indumentaria roja, se colocaron ante el altar para realizar su acto de adoración al Señor en forma de candoroso baile, teniendo el honor y el privilegio único, como se les recordó en la Monición de Entrada de la Misa, de permanecer con la cabeza cubierta ante Dios mismo, privilegio que no tienen ni los Obispos, ni siquiera Su Santidad el Papa, pues todos ellos deben quitarse el solideo ante tan augusto Sacramento, permaneciendo con la cabeza descubierta. Acabada la danza, con los Seises y la asamblea de rodillas, se entonó el Tantum ergo por las Hermanas Clarisas, procediendo el celebrante a impartir la bendición con Su Divina Majestad, finalizando con las alabanzas y la Reserva en el Sagrario.

Era la primera vez que los Niños Seises bailaban ante el Santísimo Sacramento en este Triduo de Desagravio, asunto que ya había comenzado a tratarse con el Rvdo. D. Juan Manuel Melgar González, SDB, quien fuera el último sacerdote director de la Comunidad Salesiana de Alcalá, además de ser Capellán del Monasterio y Adorador Honorario. Sin embargo, la llegada de la pandemia y sus consecuencias y secuelas, no habían hecho posible que esta idea se concretase hasta este año.

Despedida ya la Asamblea, se realizaron fotografías de recuerdo tanto en las gradas del presbiterio como con la Comunidad de Hermanas Clarisas, para finalizar con un desayuno ofrecido por la Sección Adoradora alcalareña a los Niños Seises y a los familiares que los habían acompañado, en un agradable rato de convivencia.

El Triduo siguió durante el lunes 20 y el martes 21 a las 18:30 horas, oficiado por el Rvdo. P. D. Manuel Ángel Cano Muñoz, Vicario Parroquial de Santiago el Mayor. Y el colofón a todos estos cultos será el Vía Crucis con la sagrada imagen del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, a celebrar (D.m.) el sábado 25 de febrero a las 19:30 horas, por los patios y claustro del Monasterio, en honor de la Comunidad de Clarisas, quienes cantan unas bellas estrofas alusivas a cada una de las estaciones. 

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