El Monumento Natural Riberas del Guadaíra ha ganado un nuevo espacio para el disfrute de sus visitantes, un mirador en la margen izquierda que recupera la perspectiva de la curva que describe el Guadaíra en su tramo urbano y, al frente, la silueta del Molino de Benarosa, uno de los más antiguos de la cuenca. El programa de recuperación prevé la creación de nuevas aperturas que unan el Parque de Oromana con las riberas y un mayor vínculo con el río alcalareño.
El mirador tiene entre 80 y 90 metros cuadrados. Antes era un espacio con árboles ya muertos, plantados a principios del siglo pasado, y un cañizal que estaba devorando la vegetación autóctona. Ahora es un balcón sobre un talud del Guadaíra, rodeado de adelfas, mirtos, palmitos, olmos y álamos, con piso de albero, talanqueras y bancos de madera. Ofrece vistas privilegiadas de una de las curvas que describe el río en su tramo urbano, la antigua Fuente de la Cañita y el restaurado Molino de Benarosa, de los más antiguos de la cuenca.
La restauración de este punto singular se engloba en los trabajos de acondicionamiento de la vegetación de las riberas, en la que destaca la reforestación del bosque de galería con especies de árboles y arbustos autóctonos. El programa de recuperación contempla la apertura al río en más puntos para unir el Parque Oromana con las riberas y, de este modo, acercar a los visitantes a la cuenca permitiendo un mayor disfrute del río, actualmente con más ensanche y lámina de agua.
En las próximas semanas, el programa de recuperación del Monumento Natural Riberas del Guadaíra incidirá en la rehabilitación de caminos, ampliación del sistema automatizado de riego, limpieza y saneamiento de árboles y reforestación tanto de márgenes como la zona de parque con especies autóctonas. El creciente protagonismo del río en el proyecto responde a la necesidad de recuperar su flora y su fauna, fomentando el vínculo del visitante y, en consecuencia, su mejor conservación.