Omaira Carroza y Matías Cano viven desde hace un año y medio en una escalera de los Pisos Rosas, después de que fueran desahuciados de la vivienda que habitaban con sus cuatro hijos en la Avenida Santa Lucía. Estaban acogidos a un régimen de alquiler social, pero acumulaban una deuda de algo más de 3000 euros con el banco y este vendió la propiedad, lo que precipitó el desahucio el 23 de enero de 2019 tras producirse varios aplazamientos. Omaria relata que los pagos, «aunque no eran muy grandes, se les hacían difíciles» por los escasos ingresos que tenían: la pensión alimenticia y unos 630 euros de la Renta Mínima de Inserción Social.

Ambos se vieron en la calle con cuatro hijos a su cargo, tres de ellos menores, y sin un techo en el que resguardarse. Los padres de Omaira, que viven en una vivienda de los Pisos Rosas, accedieron a acogerlos temporalmente. Sin embargo, problemas de convivencia obligaron a la pareja a abandonar el domicilio, instalándose entre la azotea y el descansillo que da acceso a ésta en el mismo bloque. El hijo mayor vive con sus suegros, otro hijo menor con un primo hermano de Omaira, y las dos hijas con los abuelos, que están enfermos y se mantienen con 430 euros de pensión.

Omaria explica que su día a día, sobre todo el de Matías, es «comer y cenar en la escalera, dormir en la azotea, ducharse en una espuerta, hacer las necesidades en un cubo, orinar en un caño…» Vivir así «es un infierno», lamenta.

El propio Matías reconoce, con la voz quebrada por el sufrimiento, que está siendo muy duro: «imagínate aquí durmiendo, te levantas a trabajar, si es que tienes trabajo, y luego tienes que volver otra vez a la escalera». «Estoy malo de los huesos y me duele todo de dormir en el suelo, me dan síncopes, me levanto hecho polvo», afirma mientras se seca las lágrimas. En estos momentos, se encuentra desempleado, a la espera de que lo llamen del campo para la recogida de la almendra y el verdeo más adelante.

Habitan entre la azotea y el descansillo, donde guardan los enseres. Lva

Piden ayuda al Ayuntamiento

En Servicios Sociales son consciente de la situación que está viviendo esta familia. De hecho, Omaira agradece la labor de su asistenta, Ana López, aunque reconoce que es la única que se preocupa, porque «he solicitado reuniones con la alcaldesa y no he tenido respuesta, ni nos llaman ni hacen por vernos». También solicitó citas con el que era delegado de Servicios Sociales, José Antonio Montero, y con la delegada de Empleo, Rocío Bastida, por motivos de «extrema gravedad y auxilio».

Sin embargo, en el Ayuntamiento les han llegado a decir que «no era Cáritas» y que «quién le iba a alquilar sin nómina ni aval y con una deuda de 3500 euros», recuerda Omaira. Y la realidad es que sin nómina ni aval les está resultando imposible, «porque si no tienes nómina no tienes derecho a una vivienda», sostiene. Omaira no encuentra un techo bajo el que habitar, ni siquiera cuando Servicios Sociales está dispuesto a pagar seis meses de alquiler.

Un informe de la asistencia social recoge que «tiene una escasa red de apoyo familiar y social» y que «su principal demanda es una vivienda con un alquiler que puedan permitirse según sus circunstancias económicas». Ante el agravamiento de la situación, se les ofreció la posibilidad de vivir en AFAR, rechazada porque «cómo me voy a ir dejando a mis hijas como si no tuvieran madre ni padre».

El caso de Omaira y Matías ha llegado ya al Defensor del Pueblo Andaluz. En este sentido, la oficina de Jesús Maeztu ha requerido al Ayuntamiento un informe de la asistenta social donde se explique el problema habitacional de esta familia. En una carta fechada el 14 de julio de 2020, el Defensor del Pueblo explicó a Omaira que se había requerido de nuevo información al Ayuntamiento de Alcalá, en relación con la queja presentada por la afectada en mayo de este mismo año, que sigue sin resolverse.

Mientras tanto, pasan los días soportando unas condiciones de vida que Omaira describe como «infrahumanas» en la petición de cita que registró dirigida al delegado de Servicios Sociales en noviembre de 2019. «Nadie se pone en los zapatos de otros, si se pusieran comprenderían que vivimos muy mal y que anímicamente y psicológicamente nos está afectando». «Se pasan la pelota de unos a otros» y «solo pedimos que nos ayuden, que nos den un techo para los niños, que si no hay pan con jamón, pues pan seco, pero por lo menos un techo», porque «nos tratan como animales y solo pedimos humanidad».

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Licenciado en Periodismo. Actualmente La Voz de Alcalá, Sevilla Actualidad y En Andaluz. Antes en Localia TV y El Correo de Andalucía.

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