La investigación se inicia en la Unidad de Atención a la Familia (UFAM) de la Comisaría de Alcalá de Guadaíra, donde se recibe la primera denuncia.  Se hacía valer de distintos perfiles ficticios en redes sociales con los que iniciaba los contactos para obtener fotografías o videos eróticos de menores a través de redes sociales, e incluso la preparación de un encuentro sexual.

 Agentes de la Policía Nacional en Sevilla han detenido a un hombre de 36 años de edad, como responsable de delito de abusos sexuales a menores de 16 años en la modalidad conocida como “child grooming”, sobre al menos cuatro menores de edad. El arrestado captaba a sus víctimas a través de distintos perfiles en redes sociales, solicitándoles posteriormente a través de un chat privado, fotos y vídeos de ellos desnudos. La finalidad última de este sujeto era quedar con los menores con fines sexuales, no pudiendo lograr su propósito gracias a su inmediata detención.

Aprovechaba el anonimato que brinda las redes sociales

La investigación se inició a principios de año tras la denuncia del padre de un menor al detectar mensajes hacia su hijo de elevado contenido sexual procedentes del perfil de una chica a través de una conocida red social.

En la denuncia el progenitor aportó a la Policía el número de teléfono que aparecía en el perfil de esta supuesta chica, lo que facilitó la investigación sobre la titularidad del mismo, resultando ser el de una persona fallecida allegada al ahora detenido.

La investigación policial pudo constatar que mediante la creación de un perfil en una red social con falsa identidad, se aprovechaba el anonimato que ésta le brindaba, y haciéndose pasar también por niña o niño, contactaba con los menores ganándose su confianza, para a continuación, ya por chat privado, solicitarles imágenes sexuales.

El último fin de este acto delictivo consistía en quedar físicamente con los menores, siempre con el mismo objetivo: el sexual; no habiendo podido lograr su propósito gracias a la detención por parte de la Policía Nacional.

Las diligencias policiales permitieron la identificación total del autor de este delito, estableciéndose un dispositivo para su detención, lo que se consigue en el Parque de Miraflores de Sevilla; al tiempo que se le interviene el teléfono móvil que utilizaba para contactar con los menores. Posteriormente se procedió a la oportuna entrada y registro en su domicilio.

Prisión para el detenido en una investigación que permanece abierta

Hasta el momento los agentes han podido localizar y escuchar en exploración a otros tres menores, también víctimas de estos hechos, lo que mantiene abierta la investigación al objeto de determinar otras posibles víctimas.

Al detenido se le imputa el delito de abuso sexual a menores de 16 años, por el que pasó a disposición de la Autoridad Judicial, decretándose su inmediato ingreso en prisión.

Este resultado es fruto de la cooperación policial entre la Unidad de Atención a la Familia (UFAM) de la Comisaría de Alcalá de Guadaíra y el Grupo de Delitos Tecnológicos de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Sevilla.

Un amplio historial delictivo

Este individuo era ya conocido por los operativos policiales, pues fue detenido en anteriores ocasiones, incluso por tenencia y distribución de pornografía infantil y corrupción de menores, asuntos de los que hay hasta cinco causas abiertas en distintos Juzgados de Sevilla.

En anterior operación policial, que igualmente culminó con su detención y puesta a disposición judicial, se pudo demostrar que había contactado, con idénticos fines, con más de 140 menores de edad, identificándose al menos a 104 de ellos y procediendo a su exploración. Por estos hechos ingresó en prisión en noviembre del 2017, saliendo en libertad provisional en el mes de noviembre del 2018.

En el mundo virtual, no todo el mundo es quien dice ser

La conducta del arrestado se encaja en una tipología delictiva que se define como child grooming y que se define como el conjunto de estrategias que una persona adulta desarrolla para ganarse la confianza de una menor a través de Internet con el último fin de obtener concesiones de índole sexual. Los autores usan primero un acercamiento lleno de engaños y, posteriormente, comienzan el chantaje para obtener imágenes comprometidas de la víctima menor de edad. En casos extremos, los autores pretenden un encuentro en persona para lo que coaccionan y acosan a los menores para lograr su propósito.

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