La escena se repite. La urbanización Oromana Park, en Campo Alegre, se ha vuelto a inundar tras las intensas lluvias de la borrasca Nelson. Grandes balsas e inundaciones de viviendas son los estragos que el agua ha dejado en en la zona, donde cada vez que llueve sucede lo mismo.
Su antecedente, la borrasca Karlotta, puso de manifiesto la necesidad de acometer mejoras en la zona. Sin embargo, y tras varias inundaciones, como la de diciembre de 2022, sigue sin darse una solución definitiva a los vecinos.
El delegado de Hábitat Urbano, David Delgado, explicó el pasado mes de febrero, fecha de las últimas anegaciones, que el agua procede de los terrenos privados aledaños a la viviendas con cotas más altas y que la solución de emergencia que se dio en su momento fue la construcción de una zanja para canalizar hasta la calle Aguas Calientes.
Delgado aseguró, tras las últimas incidencias, que el sistema había funcionado, aunque había generado otro inconveniente. Los imbornales de la calle que recogen este agua no dan abasto, lo que provocó el anegamiento de Aguas Calientes.
La red de imbornales es «insuficiente»
Los servicios municipales y la empresa metropolitana de aguas se plantearon entonces conectar la zanja con el saneamiento de la calle para facilitar la evacuación cuando llegan lluvias torrenciales porque «la red de imbornales es insuficiente». La solución definitiva, según explicó el Delgado, pasa por la urbanización completa de los terrenos aledaños a las viviendas, y adelantó que el promotor está buscando inversores para acometer esta actuación.
Ya el PP denunció que en diciembre de 2022 se instó a la alcaldesa a que resolviera definitivamente los problemas. Sin embargo, «14 meses después de la propuesta llevada a Pleno, no los ha solucionado», criticó la concejala popular Sandra González. Además, lamentó que la zanja «no es suficiente».