Dos médicas residentes en centros de salud de Alcalá de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla han sido premiadas en el 45º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria dentro de la categoría de Proyecto de Investigación. El galardón reconoce el interés y aportación de un estudio sobre la actualización en el uso adecuado y prescripción de un fármaco con un elevado nivel de consumo: los inhibidores de la bomba de protones (IBP) para el ácido gástrico.

Carolina Franco del centro de salud del Campo de Las Beatas e Iris Poo del centro Don Paulino García Donas, forman parte de un grupo de investigación más amplio, en el que todos los autores son residentes en centros sanitarios de Atención Primaria del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla.

El trabajo lleva por título Efectividad de la formación en el Índice Sintético de Consumo de Inhibidores de la Bomba de Protones en profesionales médicos de Centros de Salud del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla. Ha estado coordinado por la asesora en Investigación de residentes de la especialidad médica en este área sanitaria y en la Unidad Docente Multiprofesional Provincial de Atención Familiar y Comunitaria, Ana María Mateos. Además, ha contado con el asesoramiento de Carmen Almeida, de la Unidad de Estadística y Metodología de la Investigación de dicho área sanitaria.

Un 70% por encima de la media europea

Los autores parten del hecho que representa en los últimos años el incremento de consumo de los fármacos IBP tras su revolución en el tratamiento de enfermedades asociadas al ácido gástrico, minimizando así el papel de la cirugía. Concretamente, subrayan que los IBP se encuentran entre los medicamentos recetados con más frecuencia, con una prescripción de un 70% por encima de la media europea.

Tras constatar igualmente esta elevada tasa de consumo en el Área Sanitaria Sur, destacan los motivos atendiendo a varios estudios: el envejecimiento de la población, la automedicación, el elevado consumo de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), tratamiento empírico de afecciones gástricas menores, falta de revisión periódica de tratamientos y falsa creencia de inocuidad.

Precisamente, inciden en la falsa creencia de la inocuidad, que se corresponde con la consideración de fármacos efectivos con buena tolerancia por parte de los pacientes y con efectos secundarios leves y raros en su uso a corto plazo. Sin embargo, ponen el acento en su uso a largo plazo: «no está exento de efectos adversos graves para los pacientes como riesgo de fracturas óseas, hipomagnesemia, daño renal y neumonía, entre otras».

Fomento del correcto uso y prescripción de los IBP

Estos dos factores (la alta prevalencia de prescripción de IBP y su inadecuación a largo plazo) llevan a las autoras del estudio a poner de relieve la necesidad de mejorar la formación de los profesionales para favorecer el uso racional de IBP, reduciendo así sus riesgos a largo plazo.

Exponen la utilidad de una intervención llevada a la práctica en este área sanitaria para fomentar el uso correcto. Para ello, se materializó en seis centros de salud una actuación basada en la entrega de material de apoyo y sesiones formativas separadas en tres meses con la recogida de datos dos meses después de haber impartido la última sesión. Dichas sesiones formativas, se impartieron por parte de los investigadores en los centros de salud de Campo de las Beatas y el Paulino García Donas, entre otros.

Con esta intervención, el estudio evidencia la eficacia de la actualización de conocimientos en esta temática, concienciando entre los profesionales acerca de la elevada tasa de consumo de IBP y de sus posibles efectos adversos graves a largo plazo, fomentando el correcto uso y prescripción de los mismos.

Licenciado en Periodismo. Actualmente La Voz de Alcalá, Sevilla Actualidad y En Andaluz. Antes en Localia TV y El Correo de Andalucía.

Deja un comentario