El vagón de tren ubicado en el Parque Centro como símbolo del Tren de los Panaderos está herido. En un lateral se observa cómo el lateral del vagón está roto, dejando un gran hueco desde el que se ve el interior. El vagón siempre ha sido objetivo de los vándalos y ha servido como mural para pintadas no artísticas, más bien todo lo contrario. De hecho, junto al agujero en la pared se observan zonas descoloridas tras el borrado de las pintadas. Un símbolo de la tradición ferroviaria al que no se le tiene respeto y que el vandalismo ha tomado como diana.
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