La revista que La Voz de Alcalá ha editado para conmemorar el 30 aniversario ha recibido numerosas críticas positivas y han sido muchos los socios y lectores que han trasladado sus impresiones al periódico.
Tres décadas contando Alcalá es para Ángel Olid López, exinspector de Educación, «un gran trabajo de recopilación y registro de la reciente historia de Alcalá. Buena ilustración y tipografía y un montón de buenos recuerdos, así como abundantes claves para comprender algunas cosas». También Ángel Ramírez Collado, director de centros de acogida de AFAR, se expresó en este sentido: «Me ha resultado muy interesante. He recordado momentos vividos en Alcalá, y conocido otros que no había vivido».
Además de referencias del ámbito de la educación y la acción social, también han llegado impresiones desde el mundo del comercio local como la del peluquero Jesús Martínez Escalante: «Si en este pueblo no hubiéramos tenido un medio de comunicación tan independiente muchas noticias hubiesen sido silenciadas y han salido a la luz pública», animando a seguir y que «lo puedan disfrutar las generaciones venideras». Otro empresario, Paco Flores Díaz, ha dado la enhorabuena por la edición de la revista: «Muy conseguida y un excelente recuerdo de los acontecimientos de estos 30 años».
Otros, como Juan Hurtado Lissen, han señalado «la maquetación magnífica, muy profesional y de un cuidado especial toda la composición. Pero aún más el contenido, por la selección de temas, artículos, fotografías, lo que se convierte en un manual de los acontecimientos acaecidos en nuestra ciudad y entorno en estos 30 años de vida de nuestro periódico».
La abogada María José Carrascosa indica que es una enorme labor de resumen y análisis de lo que fue noticia y ya empieza a formar parte de la historia de la ciudad». No obstante, hay lectores y colaboradores como José Antonio García Cordero que han echado en falta una mirada más profunda a la oposición de Alcalá en estos 30 años: «Los cambios de liderazgos y falta de apoyos». Políticos como Paco Pérez Moreno aseguran que se bebieron la revista: «Para alguien que ha dedicado parte de su vida al pueblo es emocionante ver este recuerdo de nuestra historia. Yo estuve con Rafael aquel día en Los Arcos. Habéis hecho un ejemplar de colección imprescindible en todo hogar de alcalareños».
Otros lectores como Juan Pablo Guerrero Moreno la han catalogado de «magnífica»: «Nada que envidiar a los números especiales de El País o El Mundo».
Personajes de la cultura como el guionista Juan Rodríguez Apolo han dicho sobre la revista que les parece un «extraordinario trabajo de síntesis de la historia y las historias de Alcalá en estos 30 años. Tengo la impresión de que la revista será indispensable en el futuro para conocer el pulso de nuestro pueblo. Estoy convencido de que el valor de este trabajo que habéis hecho no hará más que crecer con el tiempo». «Las crónicas me parecen excelentes, apostilló, y añadió una queja, «que no todo van a ser alabanzas». «Me hubiera gustado leer la noticia de la que habla la crónica tal y como La Voz de Alcalá la reflejó en su momento».
En otro orden de cosas, sobre la presentación de la revista señala Rodríguez Apolo que no percibió «un ambiente de nostalgia», sino que «más bien estaban en el aire el vértigo y la electricidad del presente, los nervios, la alerta sobre el futuro inmediato y la inminencia de un nuevo número de La Voz».
El maestro Carlos Lázaro Salanova, tras leer la revista, asegura que para él «lo mejor reside en que ha sido fiel al subtítulo de La Voz de Alcalá y a sus principios fundacionales: «Periódico independiente, y que además, gracias a sus propios medios y esfuerzos ha sido capaz de sacar adelante la ardua y costosa tarea de poder editar esta revista exclusivamente alcalareña reivindicando su independencia municipal y política». Otro docente y escritor, Manuel Fernández Gamero, describe la revista como «una minihistoria enciclopédica ilustrada alcalareña bien seleccionada y aséptica. Buenas colaboraciones. Un magnífico trabajo periodístico. Son muchas la reseñas que han llegado y siguen llegando a la redacción, como la del médico Andrés García Sugráñez: «Pasará a ser un documento de consulta obligatoria para los historiadores».
También han dado sus impresiones los colaboradores para los que la revista fue una grata sorpresa, pues no habían visto el resultado final. Es el caso de Enrique Ruiz Portillo, que sostiene que «la primera impresión fue buena», pero tras leerla se ha quedado «asombrado» por el arduo trabajo que «da al periódico un fondo histórico importantísimo».