“A la hora prevista y sin lamentar, por suerte, ninguna incidencia”. Así ha descrito la hermana mayor, María José Gravalosa, la vuelta de los peregrinos alcalareños, que, “con el cansancio habitual y contentos por el buen tiempo que ha acompañado durante el camino”, han efectuado su entrada en la ciudad por el Puente de Carlos III pasadas los ocho de la tarde.

En el último día de trayecto, la Hermandad del Rocío de Alcalá de Guadaíra hizo una parada en La Puebla del Río, para continuar después hacia Sevilla y la carretera de Utrera. Ya en Alcalá, en las inmediaciones del Puente del Dragón, las dos carretas de la hermandad se bajaron de las bateas para completar el camino por los medios tradicionales, es decir, tiradas por bueyes.

En total, unos 250 romeros acompañaron a la Hermandad de Alcalá hasta la aldea de Almonte, donde este año, en contraste con la edición de 2017, se adelantó el salto a la Reja una hora, al producirse a las 2:35 horas. La procesión de la Virgen el Lunes de Pentecostés se prolongó durante unas ocho horas y media, tiempo en el que el paso visitó las 121 hermandades filiales.

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