El Museo de la Ciudad de Alcalá de Guadaíra se suma a las actividades de Cuaresma con la exposición de unos trabajos inéditos del conocido artista local Manuel Domínguez Guerra. Bajo el título ‘La última Cena (Quince estudios para un tríptico)’ la muestra presenta un conjunto de dibujos, concebidos como trabajos preparatorios para un proyecto de tríptico de amplias dimensiones, hasta ahora inconcluso; 15 bocetos mediante los que se puede disfrutar de un análisis de la figura humana, especialmente de los rostros, a través de unos bocetos muy identificables con la trayectoria del autor.

Son dibujos a grafito sobre papel Schoeller (47 x 36 cm) con un leve sombreado para resaltar los volúmenes que, gracias a la iniciativa del Museo de Alcalá de Guadaíra verán la luz durante la cuaresma. Es la imaginación del espectador, en este caso, quien ha de completar la obra.

Este jueves, 10 de marzo se inauguraba la muestra presidida por la delegada municipal de Patrimonio y Museo, María de los Ángeles Ballesteros y el propio artista.

El artista ha manifestado que hace veintidós años abordó la idea de realizar una particular interpretación de la Última Cena a modo de tríptico, que mediría, abierto, cinco metros por casi tres de alto. Hizo estos dibujos como estudios preparatorios para indagar en la tipología y el carácter de cada personaje…, pero finalmente, no llegó a realizar el proyecto. Su concepción era apartarse de la oscuridad o lo tenebroso de todo lo relacionado con la pasión de Cristo, el castigo, la tortura, la rebeldía… e indagar en todo lo relacionado con la piedad, lo metafísico desde la claridad y la luz.

«Al volver a encontrar estos dibujos de hacía 20 años hasta me emocioné. No deja de asombrarme tras tanto tiempo los personajes diferentes y su carga emocional, la gran capacidad expresiva que puede llegar a transmitir los trazos de sólo un lápiz. En cada uno – continúa el autor- pretendía mostrar la singularidad de cada ser humano, distintas personalidades para cada apóstol y Jesucristo», afirma Domínguez Guerra.

El cierre del tríptico lo completaría una obra sobre el bautismo de Cristo, una puerta para San Juan Bautista y otra para el propio Jesucristo, nuevamente resaltando su interés por la figura humana.

Visitas

La exposición de Cuaresma se sitúa en la sala número 4 del Museo de Alcalá en la C/Juez Pérez Díaz s/n (Entrada por el Parque Centro). Visitable hasta el 17 de abril. Gratuita.

Horarios: De lunes a viernes, de 10 a 14 h. y de 18 a 21 h. (cerrado lunes por la tarde)
Sábados, domingos y festivos, de 12 a 14 h y de 19 a 21h.

El autor

Manuel Domínguez Guerra es uno de los artistas alcalareños más destacados entre los nacidos en el siglo XX, tanto por la claridad de su vocación, cuanto por la calidad de su trabajo y el carácter polifacético de su trayectoria. Nació en 1958 en la alcalareña calle Madueño de los Aires (conocida popularmente como Gandul). Fue muy precoz en su inclinación artística. Desarrolló su educación primaria y secundaria en colegios de la localidad y en el IES Cristóbal de Monroy. En la antigua Escuela Superior de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla comenzó los estudios de Pintura, especializándose posteriormente en Grabado calcográfico, convertido ya el centro en facultad universitaria.

Trabajador incansable e investigador permanente en los diferentes periodos de la historia del arte y en los distintos procedimientos del dibujo, la pintura, la escultura o el grabado; se encuentra actualmente en un remanso de madurez, sin por ello perder la inquietud por seguir explorando nuevos lenguajes plásticos con los que comunicar su rico mundo interior.

Su incesante actividad le ha llevado a participar en multitud de exposiciones, tanto individuales como colectivas, por gran parte de la geografía española y en el extranjero, obteniendo reconocimientos tan destacados como el Premio Internacional de Pintura del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, la Medalla de Bronce en dos ediciones de la Exposición Nacional de Pintura de la Delegación Provincial de Cultura de Sevilla (1975 y 1977) y, sobre todo, el primer premio del XXXV Certamen Nacional de Pintura de la antigua Caja San Fernando en 1994. Su obra cabe encuadrarse en el ámbito de la figuración, con incursiones en el paisaje, el bodegón y particularmente en el retrato y el análisis de la figura humana.

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