Los separatistas catalanes han querido legitimar su nuevo Estado en una votación, celebrada el 1 de octubre, con urnas clandestinas, ocultas, a escondida de la legalidad, perpetrando un robo a la democracia, debido a que la legalidad vigente no se lo permitía. Fabricándose una democracia de alcantarillas, a base de conspiraciones, planificar y sustraer la democracia a toda la ciudadanía, solo ellos, los separatistas, tienen el derecho a conocer y participar en ese asalto al poder. Método de trabajo político más propio de la CUP, pero no de Convergencia, partido político representativo de los sectores catalanes conservadores, que han expoliado las arcas catalanas, Caso Palau, 3 % etc..., y ERC, partido de gobierno, ganado por su trayectoria histórica.

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