En los últimos días se han presentado dos iniciativas referentes a la historia de nuestra ciudad, de las que seguramente tengan noticia a través de este periódico.
Por una parte, se promueve por la Asociación Padre Flores un Congreso de Historia local, a celebrar a finales de abril en la Casa de la Cultura. La iniciativa retoma, aunque no de forma explícita, las Jornadas de Historia promovidas por el Ayuntamiento hace ya tres décadas, y aprovecha además para hacer un homenaje al fallecido Francisco García Rivero, figura clave en la erudición alcalareña contemporánea. En esta edición (que esperamos se repita) hay un claro enfoque hacia la historia moderna y contemporánea, que suelen ser campos de especial devoción para los historiadores locales.
Por otra parte, se ha presentado la Historia breve de Alcalá, pequeño manual en el que Vicente Romero Muñoz hace un repaso por el recorrido histórico de nuestra ciudad. Como su propio autor reconoce, no intenta ser una obra erudita, sino una síntesis a la que se le agradece su amplio aparato gráfico, en el que en pequeña medida he tenido el placer de colaborar.
Ambas iniciativas dan idea de la vitalidad de la investigación histórica local, que en el caso de Alcalá es amplia, aunque probablemente, como el resto de nuestro acervo cultural, demasiado poco conocida por el público general. Sobre cómo ampliar esta difusión más allá de «los habituales» a este tipo de eventos nos llevamos algunos quebrando la cabeza hace tiempo. Créanme que no es fácil.