El pleno postelectoral comenzó sereno, pero poco a poco el orgullo de más un miembro de la Corporación se fue hiriendo. Y no precisamente el orgullo por la diversidad, sino uno más primario, el político. La primera en rebrincarse fue la alcaldesa que exigió a la portavoz de Andalucía Por sí, Lola Aquino, que se dirigiese a ella como «señora presidenta», después de que en un aparente lapsus la llamase «presidente». Aquino tampoco aceptó de muy buen agrado la reprimenda pública.

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Licenciado en Periodismo. Actualmente La Voz de Alcalá, Sevilla Actualidad y En Andaluz. Antes en Localia TV y El Correo de Andalucía.