Se acercan las Navidades y a los vecinos del centro se nos hielan las carnes. ¿Volveremos a tener otro año las noches de las Fiestas nuestras fachadas convertidas en un meadero? ¿Se hará otra vez el Ayuntamiento el loco con ese tema y pondrá cuatro míseras cabinas en la Placita para tanta gente? Porque aquí los únicos que se toman este problema en serio es la Policía Local, que vigila las zonas más conflictivas e impone multas. Sí, mear en la calle no es solamente un acto de guarrería incívica sino una falta que está penada con una sanción.

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