La cárcel, como institución ancestral de los Estados, es un instrumento del régimen penitenciario para castigar al delincuente una vez condenado por un juez. Sin embargo, juristas actuales de prestigio internacional piensan que su función debiera ser la rehabilitación de la persona que ha delinquido, y no el cumplimiento de una ley punitiva, tan importante como lo es la policial-investigativa, la fiscal, la defensiva o la estrictamente judicial. Muchos de ellos (ver al final del artículo) piensan que las cárceles actuales debieran desaparecer.

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