Se trata de un pequeño número de mujeres y hombres que intentan cohesionarse, porque… ¿has pensado, lector, si tienes Amigos de Verdad… —así con mayúsculas—? Ciertamente, hay conocidos sin que sean amigas o amigos; y entre estos los hay queridos, menos queridos, despreciados y tal vez odiados… ¿Has tenido Amigos de niño con quienes jugabas a la comba o al fútbol, incluso con quien tuviste «amores de niño»? En el Instituto eran colegas… pero, ¿fueron unos y otros Amigos de Verdad? Seguro que te acuerdas de aquel del que decías o dices todavía «mi amigo del alma», así en singular… que acaso con el tiempo se fue. Acaso la vida te fue alejando de Alcalá o de tu corazón… Es posible que esa huida fuera buscando la necesaria y perdida libertad; a veces fue para dejar unos padres o un entorno que te oprimían… Hay personas también que viven en busca de conocidos que les proporcionen un trabajo bien pagado o acaso algún otro poder menos noble…
Hoy, amiga lectora o lector, quería que pensáramos en la maravilla de conseguir tener un grupo de «Amigos de Verdad».

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