La elección de un nuevo papa suele interpretarse como un movimiento del péndulo, que coloca al frente de la Iglesia Católica a un pontífice que puede ser más progresista o conservador, o mejor dicho, reformista o tradicionalista, seguido a continuación por otro de la línea contraria, en un intento de equilibrar y responder a los cambios de época. Sin embargo, con la elección del cardenal Robert Prevost como nuevo papa León XIV, este patrón parece romperse, y se demuestra que la Iglesia no busca corregir el rumbo, sino consolidarlo.

CONTENIDO EXCLUSIVO

Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a [email protected]

Si ya eres socio inicia sesión

Economista. Interesado en el marketing, la política, la ciencia y la tecnología.