El paso del tiempo cambia la fisonomía de los lugares, pero esto es casi imperceptible en el día a día.

Eso es lo que hace imposible que, a día de hoy podamos observar el Castillo tal y como lo vemos en la imagen junto a estas líneas. La instantánea está tomada desde los restos -entonces- de la Iglesia de San Miguel. A través del arco de una de sus puertas se puede apreciar la muralla y torreones, así como la apertura de la misma para permitir el acceso a la explanada.

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