Este mes de junio se cumplen cinco años del final del encierro del Covid-19 –coronavirus–.
Ese tiempo quedó escrito en un diario.
Lunes, 15 de junio de 2020
DÍA 93
Como el que no quiere la cosa…llevamos ya 93 días en estado de alarma. Andamos por la calle con el bozal puesto como si éste fuese nuestro estado natural, mientras paseamos los perros sin correa y sin mascarilla. Dicen también que, lo del «teletrabajo» ha venido a quedarse. Yo creo que, aparte de Covid19 o pandemia, va a ser la palabra estrella del año.
Hoy me he despertado regular, me había dolido la cabeza anoche y tuve que tomarme un paracetamol. Me levanté sin ganas, con sueño y con mucha tarea por delante. He pasado casi todo el día cosiendo y el resultado no ha sido muy fino que digamos… Después de un paseo volvimos a casa, cenamos y vimos fútbol. Mañana nos hemos propuesto no trabajar tanto, tomarnos las cosas más tranquilas, que el piso ya está limpio y le hemos dado un buen repaso a todo. ¡Qué tarea! La próxima vez…lo volveremos a hacer, seguro. Nos levantaremos tarde e iremos a desayunar fuera. Pasearemos y almorzaremos en un bar. Descansaremos al medio día y por la tarde volveremos a casa. Esperemos que esto suceda así…
Miércoles, 15 de julio de 2020
DÍA 122
Hoy he bajado a correos a sacar el distintivo ECO para el coche, para cuando vayamos a Madrid. También tenía que comprar unas recetas en la farmacia y no me acordé. Fui a donde la lotería y cambié una primitiva y un décimo. Después me puse a recoger la cocina y puse una lavadora. A las doce había quedado en ir a conocer la niña nueva, la hija de mi sobrina, la de mi hermana que murió. ¡Es una niña preciosa! Le han puesto Teresa, como su abuela…siempre son muy emotivos los encuentros con esta chiquilla, porque mi hermana la dejó con ocho meses. Bueno, nos encantó conocerla. Después volvimos a casa. Por el camino me di cuenta de que se me había vuelto a olvidar la receta y me paré en una farmacia. Por la noche me puse a hacer un gazpacho: quería estrenar el brazo de la batidora nueva. A pesar de que eran ya las diez de la noche, pasé mucha caló. Por la tarde había aprovechado para redactar un artículo nuevo para Sevilla Actualidad, que envié al final de la tarde. Para descansar del ordenador había recogido ropa del tendedero y la había doblado en el salón, debajo del aire acondicionado, porque en otro sitio no se podía estar. Después tendí la ropa de la lavadora que había puesto.