El Ayuntamiento de Alcalá abrirá al público este sábado 20 de diciembre la nueva plaza de la calle Nicolás Alpériz, una actuación que transforma un antiguo solar municipal en una espacio destinado al encuentro ciudadano y a la mejora de la movilidad en el entorno del casco histórico.
La intervención, situada junto a la Plaza del Duque y a la espalda del Ayuntamiento, completa un proyecto que incluye la puesta en funcionamiento de 150 plazas de aparcamiento público subterráneo, que comenzaron a operar hace unos días. Hasta ahora, el enclave se destinaba a estacionamiento en superficie, sin una ordenación urbana definida.
La nueva plaza se presenta como un espacio diáfano, con arbolado y zonas ajardinadas de especies autóctonas, accesos adaptados para personas con movilidad reducida, juegos infantiles, áreas de paseo y descanso, y un sistema de iluminación LED.
Con motivo de su apertura, el Consistorio ha organizado una fiesta participativa para todos los públicos, que se celebrará este sábado entre las 11:00 y las 14:00 horas, con juegos infantiles, talleres, música y animación. Según ha explicado la alcaldesa, la nueva plaza está concebida como «un espacio llamado a la convivencia» y como un punto de conexión peatonal entre el centro urbano y el entorno natural de Oromana, a través de la calle San Francisco.
El proyecto global, que integra la plaza y los aparcamientos subterráneos, ha contado con una inversión total de 3,8 millones de euros, financiados en un 80 % con Fondos Next Generation y el 20 % restante con recursos municipales. Desde el Ayuntamiento se subraya que se trata de una infraestructura largamente demandada por la vecindad, al crear una nueva zona de esparcimiento y multiplicar las plazas de aparcamiento en el centro.
Además, la actuación se considera clave para dinamizar el comercio y los servicios del centro urbano, así como para facilitar el acceso a los espacios verdes de la ciudad y a enclaves patrimoniales como el Castillo de Alcalá de Guadaíra y su entorno. Por su ubicación, el nuevo espacio se convierte en un punto de unión entre el casco histórico —la Plaza del Duque, la calle Nuestra Señora del Águila o el molino hipogeo de La Mina— y el Monumento Natural Riberas del Guadaíra.


