El Ayuntamiento de Alcalá debatirá este martes en sesión plenaria la adhesión del municipio a la Ruta de Blas Infante, un proyecto cultural y patrimonial que integra actualmente a diez localidades andaluzas vinculadas a la figura del considerado padre del andalucismo. La iniciativa busca reconocer y poner en valor los enclaves, personas y movimientos que desempeñaron un papel relevante en la construcción de la identidad andaluza.
El responsable municipal de Memoria Democrática e Identidad Andaluza, Christopher Rivas, ha subrayado que esta adhesión supone «un hito que sitúa a Alcalá en el mapa que atestigua su destacado papel en el andalucismo», al tiempo que impulsa la recuperación de elementos culturales y patrimoniales y añade «un atractivo turístico más a Alcalá como ciudad con un enorme peso en la identidad andaluza».
Según ha explicado el delegado, el Ayuntamiento ha desarrollado un «profundo trabajo de investigación» en colaboración con distintas delegaciones municipales, especialmente Cultura, Patrimonio y Turismo. Este trabajo ha cristalizado en un informe histórico que ha sido remitido a las autoridades competentes, a la organización de la propia Ruta de Blas Infante, a la Fundación Blas Infante y al Centro de Estudios Andaluces. El documento recoge hitos concretos relacionados con las vivencias personales, laborales y culturales en torno a la figura de Blas Infante, pero pone el acento, sobre todo, en el movimiento político y social que dio forma al andalucismo y «en el que Alcalá tuvo un papel destacado».
Entre las principales pruebas documentales que sustentan la vinculación de Alcalá con el andalucismo se encuentra la tumba de Mario Méndez Bejarano, situada junto a la entrada principal del Cementerio de San Mateo. Méndez Bejarano fue pensador andalucista, amigo personal de Blas Infante y figura clave del Centro Andaluz. El Ayuntamiento ha señalado que «existen pruebas documentales de los vínculos de Méndez Bejarano con Alcalá», entre ellas la cesión de parte de su colección literaria personal a la biblioteca municipal y la concesión, por parte del Consistorio de la época, de una parcela funeraria a perpetuidad donde reposan sus restos. «Su figura debió ser muy popular, dado que incluso tiene una calle junto al teatro Gutiérrez de Alba», ha apuntado Rivas.
Otro de los nombres destacados es el de Pedro Vallina, médico y activista político, también presente en el callejero alcalareño. Vallina fue colaborador cercano de Blas Infante, una figura imprescindible en la historia del andalucismo, que residió en Alcalá y participó junto a Infante en las elecciones de 1931. Según ha explicado Rivas, este círculo de personas próximas «atraería a Blas Infante a Alcalá», donde llegó a firmar, en su condición de notario, la compra del local sindical de la Plaza de España en el año 1933.
El informe municipal también documenta la presencia de representantes de Alcalá de Guadaíra en la Asamblea de Antequera de 1883 y en la posterior Asamblea de Córdoba de 1931, así como la existencia en la ciudad de una agrupación de la Junta Liberalista. A ello se suman otros testimonios materiales y culturales ligados al andalucismo, como las placas cerámicas en defensa de los animales sufragadas por el propio Blas Infante que aún se conservan en los muros del CEIP Pedro Gutiérrez.
El Ayuntamiento destaca igualmente el valor del patrimonio arquitectónico de Alcalá, con numerosos edificios de estilo regionalista, especialmente vinculados a la obra de Juan Talavera, así como la efervescencia cultural y literaria de principios del siglo XX, en la que sobresale la Revista Oromana de los años veinte, heredera del espíritu de la mítica Bética.
Para Christopher Rivas, la Ruta de Blas Infante es «un recorrido por la emoción, la historia y las ideas de Andalucía» y representa «una oportunidad de enorme potencial» para el desarrollo cultural y turístico de la ciudad. En este sentido, ha avanzado que la adhesión permitirá impulsar proyectos culturales y patrimoniales que «han pasado inadvertidos con el tiempo» y que se concretarán a partir de 2026, contribuyendo a reforzar la proyección de Alcalá de Guadaíra como referente de la identidad andaluza.


