El Museo de la Alcalá amplía su colección con una nueva pieza restaurada dentro del Ciclo de Conservación Preventiva, impulsado por la Delegación de Cultura, Patrimonio y Museos en colaboración con el Consejo de Hermandades y Cofradías. Se trata de una talla de San Juan Bautista del siglo XVII, una obra que coronaba el altar mayor de la Parroquia de Santiago y que ha recuperado su esplendor original gracias a la intervención del taller alcalareño de Carmen Palacios y María José Cordero.

El delegado de Cultura, Patrimonio y Museos, Christopher Rivas, ha subrayado que con esta restauración «Alcalá gana otra pieza excepcional de su patrimonio que ahora puede ser conocida y disfrutada por todos», agradeciendo «el trabajo riguroso y apasionado del equipo que ha hecho posible devolverle su aspecto original». Rivas ha añadido que el objetivo del ciclo «es poder ir exponiendo todas las obras y sacar a la luz nuevos elementos patrimoniales de la ciudad».

La intervención, desarrollada con criterios de conservación y respeto a los materiales originales, ha permitido reponer elementos perdidos y reforzar la estructura de la escultura para garantizar su estabilidad. Según destacó el delegado, «se trata de una obra en la que antes no se apreciaban ni su tamaño, ni la riqueza, ni los detalles, y que gracias al trabajo de Carmen y María José ahora se pueden contemplar perfectamente».

El programa de Conservación Preventiva complementa las ayudas municipales destinadas a la recuperación de bienes muebles de interés patrimonial y tiene un marcado carácter divulgativo. Su finalidad es acercar a la ciudadanía el valor de la conservación como herramienta para evitar restauraciones futuras, sensibilizando sobre la importancia del cuidado del patrimonio histórico local.

La talla de San Juan Bautista se suma a las otras dos piezas recientemente presentadas dentro del ciclo: una Virgen María del siglo XVI y un Santo Cristo Crucificado perteneciente a la Hermandad de la Virgen del Águila Coronada. Con ellas, Alcalá continúa reforzando su compromiso con la preservación y difusión del patrimonio religioso, en palabras de Rivas, «como parte esencial de nuestra identidad colectiva».