Las secciones sindicales de CC.OO., SEM, SPPME y SAB han solicitado formalmente a la alcaldesa de Alcalá de Guadaíra la reprobación de la delegada de Recursos Humanos, María Teresa García, por su conducta tras el accidente laboral que costó la vida a dos trabajadores el pasado 16 de julio en la Casa Ibarra.
Según el escrito remitido al Ayuntamiento, la edil contactó al día siguiente del siniestro con representantes sindicales a los que, según denuncian, recriminó en tono «desafiante y desproporcionado» su ausencia en el minuto de silencio celebrado en el patio del consistorio. La reacción de García habría incluido acusaciones de «falta de respeto» y, según relatan los sindicatos, afirmaciones como «caraduras con falta de ética y moral», así como la amenaza de no convocar más mesas de negociación «hasta tanto a ella le viniera en gana».
Los representantes sindicales aseguran que no fueron informados previamente del acto de homenaje y que, al igual que el resto de la plantilla municipal, desconocían su celebración. «Siendo dicho motivo los que motivaron la no asistencia al acto», justifican en el escrito, en el que también lamentan profundamente la muerte de los dos trabajadores y expresan su respeto a las familias afectadas.
Por todo ello, los sindicatos firmantes exigen a la alcaldesa una rectificación pública por parte de la concejala y piden su reprobación por «las graves manifestaciones vertidas».
El accidente en la Casa Ibarra, un edificio municipal en obras de restauración, está siendo investigado por las autoridades competentes. Los dos fallecidos pertenecían a una empresa contratista que ejecutaba trabajos en el inmueble.
«Los sindicatos deben representar a todos los trabajadores»
La delegada de Recursos Humanos ha respondido a las críticas sindicales que cuestionan su actitud y sus palabras en relación al minuto de silencio por las víctimas mortales del accidente laboral ocurrido en la Casa Ibarra. García reconoce que su reacción se produjo «desde el dolor» y con el convencimiento de que «los sindicatos deben representar a todos los trabajadores, no solo a los funcionarios».
Según explica, lo que más le dolió fue la ausencia de representantes sindicales en los primeros momentos tras la tragedia. «Me dio mucha pena que consideraran a esos trabajadores de segunda», lamenta. Sostiene que expresó su malestar en una conversación privada con miembros del comité de empresa y la junta de personal: «No soy una mala persona, simplemente me dolió ver que no estaban cuando se les esperaba».