En las redes sociales hay un «meme» muy habitual con el enunciado «Dos noticias juntas se entienden mejor». La idea es unir dos hechos, noticias o situaciones que pasan ante nuestros ojos sin que advirtamos la conexión entre ambas.

Hojeando un periódico, o bien ojeando noticias en el móvil, pudimos leer un titular reciente sobre la contaminación por ozono en las grandes ciudades, y en concreto en el Área de Sevilla. La calidad del aire está empeorando en los últimos años. La llamada de atención la hace Ecologistas en Acción con un informe elaborado con datos de las estaciones de medición de la Consejería de Medio Ambiente. Han analizado tres contaminantes: partículas en suspensión, ozono y dióxido de nitrógeno. Si bien la contaminación atmosférica no es en Sevilla un problema tan grave como en otras ciudades, sí presenta puntualmente niveles preocupantes.

La legislación marca unos valores límite en relación a la calidad del aire vinculados con las recomendaciones de la OMS. En el caso del ozono, la protección de la salud recomienda no superar 120 microgramos por metro cúbico de aire. Pues bien, en Sevilla estos límites se exceden frecuentemente año tras año. El ozono troposférico (llamado ozono «malo» para diferenciarlo del de la estratosfera que nos protege de la radiación ultravioleta) es un contaminante secundario: se forma por la reacción de otros gases tóxicos, principalmente óxidos de nitrógeno procedentes del tráfico, con la radiación solar. En Sevilla, dos estaciones de medición superan el umbral recomendado de ozono más de 25 días al año, una en el centro de la ciudad y la otra en Alcalá de Guadaíra.

Seguimos leyendo noticias y encontramos el enésimo titular sobre las obras del tranvía de Alcalá, la conexión con el metro que los ciudadanos siguen esperando tras casi diez años de obras. Incidencias de todo tipo complican la terminación de una infraestructura esencial para el área metropolitana. El metro es un gran paso adelante para la movilidad sostenible en Sevilla y, si se quiere reducir los niveles de contaminación, cualquier intento serio pasa por disminuir el uso del automóvil. Pero las ampliaciones del metro posponen una y otra vez su fecha de puesta en servicio, tardan una eternidad en terminarse o siguen en proyecto. Dos noticias juntas se entienden mejor.

Economista. Interesado en el marketing, la política, la ciencia y la tecnología.

Deja un comentario