Voluntarios y técnicos de Cruz Roja en Alcalá. - Francisco Amador

El voluntariado constituye el pilar que sostiene a Cruz Roja. Detrás de cada intervención y cada proyecto hay personas que dedican su tiempo, esfuerzo y compromiso de forma desinteresada para mejorar la vida de los demás. En Alcalá, el voluntariado cuenta con más de un centenar de personas adscritas a diferentes programas. La delegada especial de la Asamblea Local, Eloína Marcos, que apenas lleva unos meses al frente, afirma que la experiencia está siendo «muy gratificante». Procede del ámbito educativo y social y sostiene que el voluntariado en Cruz Roja era el camino natural tras su reciente jubilación. Junto a su amiga Emilia Vals y a otra voluntaria, Carolina Fernández, participó en el operativo desplegado por Cruz Roja en Valencia para ayudar a las familias afectadas por la DANA. Se desplazaron hasta Algemesí en una «furgonetilla» y durante varios días repartieron tarjetas monedero. «La gente estaba muy agradecida a la Cruz Roja y eso te lo llevas a casa», relatan.

Otra historia de compromiso es la de Manuel Cortés, voluntario de 80 años que lleva tres décadas formando parte de la organización. A pesar de su edad, continúa prestando su ayuda cada semana: acompaña a personas al médico, muchas de ellas más jóvenes que él. Su dedicación es un ejemplo del espíritu que sostiene a esta organización en Alcalá.

Un trabajo integral

El trabajo de Cruz Roja parte siempre de una atención personalizada. Cuando una persona acude a la sede con una necesidad, se le realiza una entrevista de valoración para conocer su situación y determinar cómo se le puede ayudar. A partir de ese primer contacto, el equipo técnico y los voluntarios valoran no solo la demanda inicial, sino también otras posibles necesidades que puedan estar presentes.

«A veces alguien llega con un problema económico, pero durante la entrevista se detecta que detrás hay otras dificultades», explica José María García, técnico de desarrollo local de Cruz Roja Alcalá. «Nuestro trabajo es integral: intentamos potenciar las fortalezas y disminuir las dificultades de la persona. Se trata de ofrecer una atención completa, que no se quede en la ayuda puntual». Este enfoque permite que las personas que acuden no solo reciban apoyo material o asistencial, sino también acompañamiento, orientación y la posibilidad de participar en otros programas de inserción, empleo, formación o salud.

A raíz de la pandemia, la organización comenzó a poner un foco especial en las personas mayores que viven en soledad. Muchos voluntarios realizan visitas domiciliarias, acompañan al médico, comparten conversaciones o invitan a los usuarios a participar en talleres que fomentan la socialización. «Con el tiempo, algunos de ellos han creado sus propias redes. Quedan entre ellos, vienen juntos. Esa es la mejor señal de que el trabajo tiene impacto», señala García.

Eloína Marcos y José María García en la sede de Cruz Roja en Alcalá. – Francisco Amador

Durante 2024, la Asamblea Local de Cruz Roja en Alcalá de Guadaíra atendió a 1.651 personas y realizó 10.799 intervenciones gracias a la implicación de 115 voluntarios activos. Su labor se articula en distintas áreas de actuación: inclusión social, empleo, formación, salud, juventud y medio ambiente.

En inclusión social, se trabaja con familias, personas vulnerables y mayores mediante proyectos como Criando en positivo, Click-A o Enrédate, centrados en el acompañamiento, la capacitación digital y el apoyo emocional. En el ámbito de empleo, con programas como Activando Emple-habilidad, Puentes hacia el empleo o Andalucía Orienta favorecen la inserción laboral, participaron en estas iniciativas 1092 personas desempleadas y 130 consiguieron trabajo. También se atendió a 231 mayores, con 3183 respuestas orientadas a combatir la soledad, y a 70 niños, niñas y jóvenes, con 2147 intervenciones. El proyecto Click-A, por su parte, benefició a 164 personas, con 633 acciones de acompañamiento digital y formativo.

El traslado a Barrio Obrero

A lo largo de su trayectoria, Cruz Roja en Alcalá ha tenido varias sedes: la primera en la Plaza del Duque y otra en el Centro de Emergencias del polígono Cabeza Hermosa. En 2022 se estableció en su actual ubicación, en la calle Barrio Obrero número 3. Este espacio ha mejorado la accesibilidad y la atención a los usuarios, permitiendo reforzar la labor de apoyo y acompañamiento a las personas más vulnerables. Desde allí, Cruz Roja hace un llamamiento al voluntariado, recordando que su mayor fortaleza es la implicación de quienes deciden dedicar parte de su tiempo a los demás. «Es el mayor capital que tenemos».