Cuesta del Águila acordonada durante el rescate de los cuerpos de los trabajadores fallecidos en la Casa Ibarra / Marina Ortiz
Cuesta del Águila acordonada durante el rescate de los cuerpos de los trabajadores fallecidos en la Casa Ibarra / Marina Ortiz

El único superviviente del siniestro laboral en la Casa Ibarra, de 21 años, alertó al servicio de emergencias y confesó que trabajaban «en malas condiciones», añadiendo que el techo se derrumbó porque «no nos mandan puntales, y después quieren dinero». «Se desplomó el techo, le pegó a mis dos compañeros, y yo me pude librar echándome a un lado, sino también se me cae encima», afirmaba el superviviente. Ante ello, confiesa que se quejaron por el estado en el que se encontraba la casa, pero «no hacen nada».

Según las declaraciones de este trabajador, el único superviviente del derrumbe en la Casa Ibarra, «no había seguridad», ya que «en un agujero ponían dos tablas podridas» para seguir trabajando. Además, otro de ellos afirma que «se fueron tres grupos» de la obra «porque no había condiciones de trabajo».

Uno de los bomberos que participó en el rescate afirmaba que el forjado del edificio cedió, dejando sepultados a los dos trabajadores. Así, también confesaba que fue una labor «complicada para sacarlos, porque el forjado pesaba más de mil kilos». «El forjado que ha caído ha partido la de abajo», añadía el bombero.

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